Zuckerberg presenta al futuro súperasistente humano: una IA para impulsarte cada día, incluso en la parte emocional
CIUDAD DE MÉXICO.- Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta, ha revelado una de las apuestas más audaces en la trayectoria de la compañía: la creación de una superinteligencia personal, una nueva era de inteligencia artificial desarrollada para acompañar a cada individuo en su evolución, decisiones y relaciones cotidianas. El anuncio, realizado mediante un video y una carta pública, representa un cambio estratégico respecto a los modelos de IA orientados a automatizar trabajos, y plantea una visión marcadamente centrada en el ser humano.
Zuckerberg describe esta nueva IA como un asistente ultraavanzado, con la capacidad de comprender profundamente las metas, emociones y aspiraciones de cada usuario. Su misión no es sustituir labores humanas, sino potenciar la creatividad, mejorar la calidad de las relaciones y ayudar a las personas a convertirse en quienes desean ser. Entre sus funciones contempladas se encuentran el acompañamiento emocional y motivacional, la ayuda en decisiones tanto personales como laborales, el apoyo en la adquisición de nuevas habilidades, la mejora de la comunicación entre personas y la gestión de la vida diaria con inteligencia emocional. Zuckerberg lo expresa así: "Queremos que esta IA te ayude a alcanzar tus metas, a ser un mejor amigo... y a desarrollarte en la persona que anhelas llegar a ser".
Meta proyecta integrar esta superinteligencia en dispositivos personales, especialmente en gafas inteligentes que puedan observar lo que tú ves, escuchar lo que tú oyes e interactuar contigo constantemente a lo largo del día. Estos dispositivos se convertirían en el punto principal de la computación diaria, desplazando al teléfono móvil como núcleo de interacción. La visión es que esta IA esté presente de manera natural, como un copiloto inteligente que acompañe al usuario en tiempo real, brindando asistencia contextual, emocional y funcional.
La propuesta de Meta se separa del camino que han tomado otras grandes compañías tecnológicas, enfocadas en automatizar procesos laborales. Zuckerberg critica esa dirección y plantea una alternativa centrada en el desarrollo personal, la creatividad y el bienestar emocional. Asimismo, Meta promete construir esta tecnología bajo estrictos estándares de seguridad, ética y apertura. Zuckerberg admite los riesgos asociados a una IA de esta magnitud y asegura que será meticuloso en su implementación, incluyendo discusiones sobre código abierto y la gobernanza de algoritmos.
Meta ha estado destinando grandes recursos a su infraestructura de inteligencia artificial, como chips diseñados especialmente, centros de datos y la incorporación de algunos de los talentos más prestigiosos de la industria. En julio, Zuckerberg fundó Meta Superintelligence Labs, un laboratorio confidencial que agrupa a exempleados de OpenAI, Google DeepMind y Anthropic. Entre los nombres más sobresalientes están Alexandr Wang, Nat Friedman y científicos responsables de modelos como GPT-4o, Gemini y Chinchilla.
Actualmente, las compañías más relevantes en el desarrollo de inteligencia artificial son OpenAI, Anthropic, Google DeepMind, Microsoft y Meta. Esta última, con su nueva apuesta, pretende destacarse como líder en una IA orientada al individuo, en contraposición con modelos más enfocados en la productividad o el uso corporativo de sus competidores.
Aunque el término Lady Zuckerberg no corresponde a una figura oficial, sí alude a la influencia que Mark Zuckerberg ejerce en el entorno tecnológico. Como creador de Facebook y ahora cabeza de Meta, ha sido uno de los protagonistas más influyentes en la evolución de la IA, desde el metaverso hasta esta etapa de superinteligencia personalizada.
La superinteligencia personal de Meta no representa solo un hito tecnológico: es una declaración de principios sobre el porvenir de la inteligencia artificial. En lugar de sustituirnos, Zuckerberg propone que la IA nos acompañe, nos comprenda y nos impulse a mejorar. Si logra concretar esta visión, podríamos estar frente a una nueva era de computación emocional, ética y profundamente conectada con el ser humano.