
por El Universal
06/07/2025 10:31 / Uniradio Informa Sonora / Fama / Actualizado al 06/07/2025
MÉXICO.- La polémica comenzó el pasado 2 de julio, cuando el cirujano Alberto Theurel, quien cuenta con más de 45 mil seguidores en TikTok, publicó un video titulado "Hablemos del abdomen de Bellakath".
En la grabación, el médico utilizó una imagen del cuerpo de la intérprete de "Gatita" para hablar sobre la fibrosis abdominal, una condición común tras procedimientos estéticos como la liposucción.
En el material, Theurel señala que el aspecto irregular del abdomen puede deberse a fibrosis causada por una mala técnica quirúrgica o por la falta de un adecuado tratamiento postoperatorio.
El contenido rápidamente se volvió viral, alcanzando más de 8 millones de visualizaciones, generando miles de comentarios, muchos de los cuales apoyaron la explicación médica.
Sin embargo, la reacción de Bellakath no se hizo esperar. A través de historias en su cuenta de Instagram y publicaciones en TikTok, la cantante expresó su inconformidad con el uso de su fotografía (editada, según ella) y sin su consentimiento, alegando que el médico empleó su imagen como recurso publicitario y sin respetar su calidad de figura pública registrada.
En sus declaraciones, Bellakath reconoció que ha pasado por varias cirugías estéticas —entre cuatro y cinco, según comentó—, por lo que la presencia de fibrosis es comprensible. No obstante, rechazó que su imagen sea usada para ejemplificar públicamente un diagnóstico sin su aprobación. "No digo que no tenga fibrosis, eso es obvio, pero no como en la foto", aseguró.
La cantante también recordó que su nombre está legalmente registrado y que, en lugar de pagar por publicidad, el médico tendrá que enfrentar una demanda. "Como figura pública estoy registrada. Le va a llegar una demanda por andar utilizando mi nombre sin permiso", advirtió en uno de sus videos.
Bellakath, además de ser artista, estudió Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) —aunque aún no se titula— y posteriormente se formó en criminología y técnicas periciales en una institución privada.
Hasta el momento, el Dr. Theurel no ha emitido una declaración pública en respuesta directa a las acusaciones de Bellakath. No obstante, ha continuado publicando contenido relacionado con cirugía estética y recomendaciones para el cuidado postoperatorio.
Incluso, ha interactuado con comentarios que lo apoyan, recibiendo respaldo de usuarios de diversas partes del mundo, incluidos países como Guatemala.
Frases como "gracias por informarnos usando ejemplos de manera respetuosa" o "desde Guatemala, apoyando al doctor" reflejan la división de opiniones entre quienes consideran el video como una explicación técnica y quienes ven una vulneración de derechos.
¿Puede una figura pública demandar por daño moral en México?
Aunque la difamación y calumnia fueron eliminadas como delitos del Código Penal Federal en 2007, el ordenamiento jurídico mexicano aún protege el derecho al honor y la imagen a través del Código Civil Federal, particularmente en el artículo 1916 y su BIS.
Dicho precepto establece que una persona puede reclamar reparación por daño moral si su honor, reputación, vida privada o imagen son vulnerados sin su consentimiento.
Esto aplica incluso para figuras públicas, ya que, aunque están más expuestas al escrutinio, su imagen sigue protegida legalmente. El uso de fotografías sin autorización con fines comerciales, especialmente si genera desprestigio o lucro, puede ser sancionado con indemnización económica o exigencia de disculpas públicas.
En estados como Nuevo León, Yucatán o Nayarit, la calumnia aún puede tener implicaciones penales locales, aunque en la Ciudad de México el camino habitual es el juicio civil.
La clave para proceder legalmente es demostrar que el uso de la imagen fue sin autorización y generó un perjuicio medible.
El caso de Bellakath y el Dr. Theurel abre nuevamente el debate sobre los límites del contenido médico en redes sociales, especialmente cuando se utilizan imágenes de terceros sin autorización.
Aunque el video tiene fines informativos, la artista insiste en que su imagen no debe ser usada sin permiso, más aún cuando implica un juicio estético y puede afectar su reputación.
Si la demanda avanza, este caso podría sentar un precedente importante sobre el uso de imágenes de figuras públicas en contenido digital sin consentimiento expreso.