Kim Kardashian rompió el silencio sobre su separación de Kanye West en una conversación sincera durante el podcast Call Her Daddy, en la que detalló lo que ella considera fue un matrimonio "tóxico" y cómo esos problemas la llevaron a terminar la relación.
La empresaria, de 44 años, describió varios episodios de inestabilidad emocional y financiera durante su matrimonio.
Entre los ejemplos más impactantes, relató que en momentos críticos Kanye llegaba a regalar varios de sus autos de lujo. Ese tipo de conductas aleatorias le generaban inseguridad en todos los ámbitos.
Kardashian admitió que al principio le costó reconocer algunas señales del deterioro mental de su ex esposo.
Afirmó que la presión mediática y el escrutinio público hicieron que la decisión de separarse fuera aún más complicada. Sin embargo, aseguró también que debió priorizar su salud mental para poder ser una buena madre para sus cuatro hijos: North, Saint, Chicago y Psalm.
Sobre la co-parentalidad, Kim declaró que sus hijos viven con ella tiempo completo y que no ha impedido nunca que Kanye los vea. Aun así, reconoció que han pasado meses sin tener noticias de él, lo que vuelve más complicado mantener una relación cercana con el padre de los menores.
Además, Kim comentó que una de sus debilidades es "recordar lo bueno" de su relación, lo que, desde su punto de vista, puede nublar la percepción de lo malo.
Finalmente, aunque reconoció que algunos de los episodios que vivió con Kanye fueron dolorosos e inesperados, no se arrepiente de su pasado con él.
