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En menos de dos horas México y Estados Unidos definen política de seguridad

El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, se reunió en Palacio Nacional con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

Reunión de Marco Rubio con Claudia Sheinbaum
Reunión de Marco Rubio con Claudia Sheinbaum X @Claudiashein

por El Universal

03/09/2025 12:34 / Uniradio Informa Sonora / Gobierno / Actualizado al 03/09/2025

MÉXICO.-En una reunión de una hora y 38 minutos se definió la política de seguridad de México y Estados Unidos. Este miércoles, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, se reunió en Palacio Nacional con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, bajo un fuerte dispositivo de seguridad.

En punto de las 9:50 de la mañana, el canciller Juan Ramón de la Fuente recibió a la mano derecha del presidente Donald Trump, Marco Rubio.

En la calle Corregidora arribaron camionetas blancas blindadas y personal del Servicio Secreto de los Estados Unidos, marcando el inicio de una jornada que, pese a la formalidad de los discursos oficiales, estuvo acompañada de protestas ciudadanas que solicitaban la intervención de Estados Unidos sobre el territorio nacional.

"Será una reunión muy cordial", había anticipado Sheinbaum minutos antes, subrayando que el encuentro buscaba refrendar la cooperación bilateral bajo los principios de respeto a la soberanía, reciprocidad, responsabilidad compartida y confianza mutua. No era un matiz menor: la Presidenta quería dejar claro que México no cedería terreno en la defensa de su integridad territorial.

En el Salón Leona Vicario aguardaban ya figuras clave de ambos gobiernos: Roberto Velasco, jefe de la Unidad para América del Norte; Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación; Omar García Harfuch, titular de Seguridad; el gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes Peregrina; y el comisionado del INM. Del lado estadounidense, acompañaba al secretario de Estado el embajador Ronald D. Johnson, quien ha sido pieza central en los últimos ajustes de la relación bilateral.

El menú de la reunión estuvo dominado por un objetivo central: echar a andar el "Programa de Cooperación sobre Seguridad Fronteriza y Aplicación de la Ley", un mecanismo binacional diseñado para enfrentar delitos transnacionales, con énfasis en el combate al crimen organizado, el tráfico de armas y los flujos migratorios irregulares.

Mientras adentro los equipos discutían sobre coordinación y responsabilidades diferenciadas, afuera las calles reflejaban otra narrativa. Grupos de ciudadanos levantaban pancartas y consignas que resonaban frente a las puertas del Palacio: "¡SOS Marco Rubio!" y "¡No a la narco democracia!", en un intento por captar la atención del visitante y colocar la crítica en el escenario público.

A las 11:38 de la mañana, tras una hora con 38 minutos de reunión, la comitiva estadounidense salió del recinto.

No hubo declaraciones inmediatas, pero las señales fueron claras: tanto México como Estados Unidos buscaban proyectar que la cooperación en seguridad se mantenía firme, aunque no exenta de tensiones.

La visita de Marco Rubio, más allá de los comunicados oficiales, deja una postal que combina diplomacia, símbolos y tensiones sociales.