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Efecto Zeigarnik: el truco psicológico que puedes usar para reducir el estrés y mejorar tu productividad

El efecto Zeigarnik sigue siendo una herramienta útil para comprender cómo funciona la memoria y cómo gestionar mejor el enfoque y la carga cognitiva

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cerebro Pexels

por Sujail Pérez

31/07/2025 11:24 / Uniradio Informa Sonora / Salud / Actualizado al 31/07/2025

CIUDAD DE MÉXICO.- El efecto Zeigarnik es un fenómeno psicológico que explica por qué las tareas que no se han terminado suelen permanecer con más fuerza en la memoria que aquellas que sí se han concluido. Este principio, observado por primera vez en la década de 1920, ofrece una perspectiva útil sobre la manera en que la mente retiene información y cómo esto puede influir en los niveles de ansiedad y concentración.

La psicóloga rusa Bluma Zeigarnik descubrió este patrón tras una observación cotidiana en un café: los camareros recordaban mejor los pedidos que no habían sido servidos o pagados que aquellos que ya se habían concluido. A partir de esta observación, Zeigarnik desarrolló una serie de experimentos para evaluar si efectivamente el cerebro retiene con mayor claridad las tareas interrumpidas.

Uno de sus estudios más conocidos, realizado en 1927, consistió en pedir a un grupo de voluntarios que resolvieran diferentes ejercicios. Sin embargo, antes de que pudieran completar algunas de las tareas, se les interrumpía. Al final del experimento, los participantes recordaban mejor las tareas inconclusas, sin importar si eran ejercicios matemáticos o manuales. Con estos resultados, Zeigarnik concluyó que el cerebro tiende a mantener activa la información de tareas pendientes, probablemente como una forma de mantener la motivación para completarlas.

Este fenómeno se debe a una especie de "tensión cognitiva" que se genera al comenzar una actividad. Si esta se interrumpe, el cerebro mantiene esa tensión como una alerta, lo que facilita que volvamos a pensar en lo que quedó sin terminar. Esto se puede experimentar en la vida cotidiana con ejemplos tan simples como olvidar hacer una llamada y sentir que "algo falta", o con los finales inconclusos de series que nos mantienen enganchados.

El efecto Zeigarnik puede ser aprovechado de manera estratégica. En el ámbito académico, por ejemplo, algunos estudios sugieren que dejar ciertas ideas sin cerrar antes de dormir podría favorecer el recuerdo, ya que el cerebro trabaja en resolver esa información durante el sueño. En el entorno laboral o escolar, dividir tareas grandes en fragmentos más pequeños o interrumpirlas brevemente puede ayudar a mantener el interés y reducir el agotamiento.

Sin embargo, también puede tener consecuencias negativas si se acumulan demasiadas tareas pendientes. La constante sensación de incompletud puede elevar los niveles de ansiedad y dificultar la desconexión mental.

El efecto Zeigarnik sigue siendo una herramienta útil para comprender cómo funciona la memoria y cómo gestionar mejor el enfoque y la carga cognitiva. Aprender a usarlo de forma consciente puede marcar la diferencia entre sentirse abrumado o mantenerse motivado.