por EL UNIVERSAL
22/01/2024 19:53 / Uniradio Informa Sonora / Sociedad / Actualizado al 22/01/2024
(EL UNIVERSAL).- La mayoría de personas suele planear con anticipación sus descansos a lo largo del año. Hacerse un espacio en la agenda permite realizar el itinerario de vacaciones, como lo pueden ser las de Semana Santa 2024.
La planificación de vacaciones contempla las actividades a realizar, los días y el presupuesto. Aunque los estudiantes tienen más fácil esta tarea, los trabajadores son quienes deben prestar atención a los días que abarcará dicho periodo.
La Semana Santa engloba un conjunto de celebraciones apegadas al cristianismo y al catolicismo. Conforme lo dicta la Iglesia, este periodo está destinado a rememorar la pasión de Cristo.
Del domingo 24 al domingo 31 de marzo 2024, los feligreses conmemorarán la entrada a Jerusalén, la última cena, el viacrucis, la crucifixión y la resurrección de Jesús. Dichos eventos litúrgicos enmarcan el final de la cuaresma.
En México, las familias acostumbran a asistir a eventos donde se recuerdan los anteriores pasajes bíblicos. Mientras que el Domingo de Resurrección se festeja con la asistencia a balnearios, por mencionar un ejemplo.
A medida que se acerca la temporada surgen varias interrogantes, especialmente, si el Jueves y Viernes Santo son considerados como días feriados para las y los trabajadores.
Por una parte, en las escuelas se suspenden las clases durante la Semana Santa y así los alumnos pueden aprovechar el descanso. Pero en el caso de centros laborales, dichas vacaciones no son consideradas como descanso obligatorio.
Conforme la Ley Federal de Trabajo, en México sólo existen 7 días de descanso obligatorio o feriados al año. Y aunque el Jueves y Viernes Santo no se consideran de asueto, algunas empresas otorgan dichos días a sus empleados.
No siempre Semana Santa cae en los mismos días. Su fecha de inicio y final suele moverse debido a que se rige por eventos astronómicos, en ese sentido, puede adelantarse o atrasarse.
De manera oficial, la Semana Santa comienza a contabilizarse en la primera luna llena después de primavera. También influye el desfase entre el calendario solar y lunar, por lo que algunos años abarca marzo o abril.
