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Alicia tenía 14 años cuando ocurrió el derrame del Río Sonora y Bacanuchi

El 6 de agosto de 2014

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por Alan Rubio

03/08/2023 19:15 / Uniradio Informa Sonora / Reportajes especiales / Actualizado al 03/08/2023

Por Alan Rubio 

La desesperación de la gente por la falta de agua y la carencia económica al no poder vender productos y servicios, es lo que recuerda Alicia Miranda Souffle de cuando ocurrió el derrame de 40 millones de litros de lixiviados de sulfato de cobre acidulado de la mina Buenavista del Cobre, en el Río Sonora y Bacanuchi, el 6 de agosto de 2014. 

Alicia tenía 14 años cuando sucedieron los hechos, le faltaban dos semanas para ingresar a tercero de secundaria en Aconchi, Sonora. 

"No había agua, teníamos que esperar a que vinieran las pipas para llenar cubetas y bañarse a jicarazos, pero no dimensionada de que pasó un derrame y que va a afectar nuestra vida, o sea, simplemente, uno como adolescente no pensaba en eso", contó. 

Sus padres fueron quienes les comentaron a sus dos hermanos y a ella que el agua del Río Sonora corría de un color café con tonos amarillos, y rápido se corrió la voz en los siete municipios de la región de que eran sustancias tóxicas lo que se conducía por el afluente. 

Platicó que su papá tiene una miscelánea en la cabecera municipal de Aconchi y las ventas del negocio bajaron porque el poco dinero que tenía la gente lo destinaba para comprar agua en garrafones y comida. 

"Nosotros dejamos de comprar productos para el negocio, no podíamos surtir. Si acaso alguien iba, ya se había acabado porque ya no había dinero porque sí hubo la crisis económica un rato", relató. 

Alicia comentó que nunca pasó hambre porque entre los mismos pobladores se compartían las verduras y frutas que ellos cultivaban, así como leche, pan, quesos que también elaboran. 

A nueve años de este suceso, opinó que se ha reactivado gradualmente la economía en la zona del Río Sonora, además, los más de 25 mil habitantes de la región tienen la incertidumbre de que los contaminantes siguen en el subsuelo y hayan afectado los mantos acuíferos. 

"Ya nos acostumbramos a estar con esa incertidumbre constante, en nuestro día a día. Al principio siempre se compraba agua purificada y a lo mejor ahorita si compran agua purificada, pero, la economía no está tan buena y la intercalan con el agua de la llave", agregó.