Tyler Perry vuelve a estar en el centro de una tormenta mediática y legal tras nuevas acusaciones de acoso y agresión sexual interpuestas por otro actor, sumándose a una demanda previa que ha sacudido a la industria del entretenimiento.
Este jueves se presentó en California una nueva demanda contra Perry por presunta agresión sexual, encabezada por Mario Rodriguez, un actor que participó en la película de 2016 "Boo! A Madea Halloween".
Según la demanda, Perry habría realizado avances sexuales no deseados y tocamientos inapropiados en varias ocasiones entre 2014 y 2019, incluso dentro del domicilio del cineasta en Los Ángeles. La querella exige al menos 77 millones de dólares en compensación por daños, e incluye cargos por agresión sexual, agresión y perjuicio emocional intencional.
Las alegaciones de Rodriguez detallan supuestos incidentes ocurridos mientras intentaba avanzar en su carrera cinematográfica, con acusaciones de toques físicos no consensuados y avances bajo pretextos laborales.
El demandante también ha incluido en su denuncia a Lionsgate, distribuidor de la película, por presuntamente ignorar las conductas de Perry.
Esta nueva demanda se presenta apenas seis meses después de que otro actor, Derek Dixon, acusara a Perry de acoso sexual, agresión y represalias laborales en una demanda separada que busca alrededor de 260 millones de dólares en daños.
Dixon, quien trabajó en series de televisión producidas por Perry como "The Oval" y "Ruthless", aseguró que Perry habría abusado de su posición de poder para crear un ambiente sexualmente explotador y perjudicial para su carrera.
La respuesta legal de Perry a estas acusaciones ha sido rotunda y negadora. El equipo legal del cineasta ha calificado las demandas como intentos de "extorsión" y ha afirmado que las acusaciones carecen de fundamento.
En declaraciones públicas a través de sus abogados, Perry ha sostenido que se defenderá vigorosamente contra lo que su defensa describe como reclamos infundados o motivados por intereses económicos.
