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Contra el odio, el amor informado

"En ocasiones, basta una historia para detenerte el corazón un instante... y volver a hacerlo latir distinto"... Es la nueva columna de Primavera Fraijo.

Heartstopper
Heartstopper Archivo

por Primavera Fraijo

25/06/2025 18:21 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 25/06/2025

Por Primavera Fraijo

Hace unos días, algo se rompió dentro de mí. No fue un escándalo, ni una tragedia. Fue algo más sutil. Una pequeña decepción silenciosa. 

Descubrí que personas muy cercanas a mí, gente que quiero y que sé que me quiere, tienen pensamientos que, de alguna manera, invalidan a una parte de la comunidad LGBTQ+. 

Palabras como "homofobia" y "transfobia" se instalaron, brevemente, en mi cabeza, como visitantes incómodos. Me dolió. Claro que me dolió.

Pero después de pensarlo mucho, entendí que tal vez no eran las palabras correctas. No porque sus posturas no fueran hirientes, sino porque, en el fondo, lo que hay es desinformación. Ignorancia, sí. 

Es como escribí en una columna pasada, y lo repito con más fuerza hoy: el odio se alimenta de la ignorancia, y esta última se combate con información.

Así que no vengo a señalar ni a acusar. Vengo a invitar. 

A ti que me lees, a ti que me estimas, o incluso a ti que solo pasabas por aquí por accidente: ¡infórmate! Pero hazlo de verdad. Con apertura, con empatía. Con voluntad de comprender, no solo de opinar.

Y, a veces, la puerta de entrada a ese entendimiento puede ser más sencilla de lo que crees. Puede comenzar, por ejemplo, con una novela gráfica. Sí, una de esas que se leen más con los ojos que con las palabras, pero que igual te tocan el alma.

En este caso, me refiero a Heartstopper, de Alice Oseman.

Sé que no es lo que suelo recomendar. No tiene grandes párrafos ni tramas densas. Pero tiene algo igual de poderoso: honestidad y corazón.

Es, en esencia, una historia de amor adolescente entre Charlie Spring, un chico tímido y abiertamente gay; y Nick Nelson, un jugador de rugby, popular, con una sonrisa encantadora y muchas preguntas internas. 

Se conocen en la escuela, los sientan juntos, y lo que comienza como amistad va transformándose, despacito, en algo más.

Lo hermoso es que todo fluye sin imposiciones. Nada se siente forzado. La trama se presenta con la naturalidad que debería tener cualquier relato de amor. Porque eso es: una historia de amor. Punto. Como cualquiera otra.

Alice Oseman tiene una sensibilidad desarmante. Escribe como si te espiara desde una banca en la prepa, como si escuchara las conversaciones con tu mejor amiga o con ese chico que te hacía temblar de nervios. 

Y sus ilustraciones, en blanco y negro, (ah, porque además de escribir, también es quien ilustra el libro) logran transmitir un universo de emociones con apenas unas miradas y unas hojitas flotando. Sí, hojitas. Porque el amor, en Heartstopper, es como una brisa: suave, inesperada y muy reconfortante.

Más allá del romance, la novela aborda temas urgentes y necesarios: identidad, salud mental, consentimiento, miedo, amistad y amor propio

Todo con una naturalidad envidiable. No hay lecciones subrayadas ni discursos recalcados. Solo historias humanas, diversas y reales.

Y eso, precisamente eso, es lo que necesitamos hoy más que nunca: ¡representación luminosa! Espacios donde las juventudes puedan verse reflejadas sin sentirse juzgadas, ni invisibles.

Yo también solía pensar que las novelas gráficas no "contaban" como lectura formal. Qué error tan triste. Heartstopper es una obra literaria en toda regla. 

Es perfecta para quienes se inician en la lectura, los que necesitan una pausa del mundo o buscan un recordatorio de lo suave que puede ser el amor.

Este mes, en particular, vale la pena mirar con otros ojos. El 28 de junio es el Día Internacional del Orgullo LGBTQ+. Y, desde el amor, desde la ternura, desde la esperanza de que algún día entendamos que nadie merece odio por ser quien es, te exhorto a informarte. A abrir el corazón. A leer. A escuchar.

Porque, en ocasiones, basta una historia para detenerte el corazón un instante... y volver a hacerlo latir distinto.

 

Y ese, probablemente, es el primer paso hacia la empatía.

 

A mí me encuentras en redes sociales como: @PrimaveraFraijo