Columnas

La zambullida de Dionisio

Es tiempo de saborear la columna del Chef Juan Ángel.
Cocina. Archivo

Por @chefjuanangel                                         

-¡Atención, atención!-

-¡Petronila, Jesusa, Aurelia! ¡Dejen de hacer ruido, ya vamos a iniciar!

-Ya va a empezar el simplón de Dionisio a dar órdenes- dijo en voz baja Petronila, la más vieja de todas.

-Te escuché, Petronila, a ti te van a tocar los frijoles- dijo Dionisio, el jefe en turno.

-Ay sí, "te van a tocar los frijoles", nomás porque me ven prieta, vieja y gorda creen que es lo único bueno que puedo hacer en la cocina- reclamó.

-Jesusa, ponte a freír unos totopos inmediatamente- gritó Dioni desde lo más alto de la cocina.

-Qué sangrón el maldito Dionisio, "fríe los totopos, haz las tostadas, mete las chimichangas", a poco cree que no puedo aventarme un steak- reclamó Jesusa enojada.

-Aurelia cuece unos nopales- ordenó el jefe en turno. 

Tres semanas atrás, Aurelia había ingresado por la puerta de la cocina, era seguro que venía de otro restaurante; cuando se presentó con Dionisio, traía consigo manchas y aroma a fritanga.

De repente, hubo un silencio, en lo alto se escuchó el rechinido de un par de bisagras y detrás de la ancha puerta aparecieron Fermina y Paz, dos españolas traídas por el dueño del restaurante en su último viaje por Sevilla. 

-Qué hermosas amanecieron, ustedes queridas, van a preparar el estofado de cordero y el puré de tubérculos con grasa de pato- dijo delicadamente Dionisio mientras admiraba la belleza de cada una.

Cuando las cinco ollas Petronila, Jesusa, Aurelia, Fermina y Paz estaban cocinando los potajes indicados se miraban entre sí, las de ingredientes elegantes levantaban la mirada sobre sus asas y reían burlescamente.

Dionisio el cucharón, colgado en lo alto de una repisa, veía la escena orgulloso de lo que había creado.

Cuando los comensales empezaron a llegar, el cocinero tomó a Dionisio y lo zambulló en la sopa de frijoles con nopales. 

-Noooooooo- gritó Dionisio mientras lo zambullían en una sopa que lo llevó a un paseo por toda su infancia, recordó tantas cosas que la sopa lo dejó satisfecho y muy emocionado.

 

Ojalá que todos, en la medida de lo necesario, recibamos nuestra propia zambullida en la sopa de frijoles para que, como Dionisio, nos demos cuenta que todos los alimentos tienen el mismo valor y dignidad, además merecen ser tratados con el mismo respeto y responsabilidad, independientemente de su costo. 

Recordemos que su valor no radica en la cantidad de aromas y sabores que ofrece, sino en la experiencia que te otorga.

 

Chef Juan Ángel Vásquez - Licenciado en Periodismo y chef profesional, creador de contenidos gastronómicos para plataformas digitales y embajador de marcas de alimentos.