
02/06/2025 18:48 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 02/06/2025
Por @chefjuanangel
-Antes que nada, ¿están seguras que se quieren casar?
-Em... sí.
-Sí.
-Creo que sí.
Las diez jovencitas reunidas en la casa de Mayola ya tenían un pie en el altar, pero antes debían pasar una prueba.
-Aquí vamos a ver si están listas, porque alborotadas ya están, y por lo que veo, también hay una adelantadita; ¿verdad Olivia?, ¿es niño o niña?
Mayola conocía desde pequeñas a las hoy casaderas, que antes de un sermón, lo único que buscaban era una firma para conseguir la anuencia del sacerdote y sucedieran las tan esperadas bodas.
-¡No, no, no, Vicky!, primero se guisa el ajo.
Mayola, además de tener el don de guiar a más de 200 señoritas al año, tenía una habilidad para darle forma y sazón a cualquier platillo que llegara a su mente, pero más allá de los exquisitos platillos gourmet que preparaba, su estrella era el caldo de queso, cuya receta solo se podía conseguir de dos maneras, yendo a tomar las pláticas prematrimoniales con ella o siendo su familiar consanguíneo directo.
-Mira, mijita, el ajo debes ponerlo de esta manera.
Vicky era la hija menor de Mayola, pero había llegado el momento de meterla a la cocina para que aprendiera las recetas, incluyendo los secretos más recónditos.
-Mamá, ¿pero en qué momento agrego el ingrediente secreto?, preguntó la hija. Mayola tomó una escalerilla de madera, la acercó al estante de la esquina junto a la estufa, abrió una puerta, extrajo un recipiente de plástico color rojo, con tapa blanca, y lo pasó a Sandrita...
-¡Señoritas, por el amor de Dios! Silencio, parece gallinero esto. ¡Qué bárbaro!
Era el día de recibir las constancias de pláticas prematrimoniales con la poderosa firma de Mayola que daría paso al tan ansiado día.
-Olivia, pasa, por favor.
Entre aplausos y risas, Mayola nombraba una a una las señoritas que estaban ansiosas de recibir el sobre. En la colonia San Benito y sus alrededores, todas las señoritas casaderas deseaban conseguirlo, y aunque podían tomar las pláticas con otras guías de la colonia, nadie les daba ese sobre blanco con su nombre pincelado en óleo.
En su interior, estaba la constancia de pláticas y una colección de las recetas de Mayola con todos sus secretos, incluyendo el famoso caldo de queso.
Solo las hijas y señoritas que tomaron las pláticas conocen el secreto del caldo. A los demás, solo nos queda ponerle nuestra propia sazón y compartirlo con los demás.
Chef Juan Ángel Vásquez - Licenciado en Periodismo y chef profesional, creador de contenidos gastronómicos para plataformas digitales y embajador de marcas de alimentos.