22/12/2025 18:02 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 22/12/2025
Por @chefjuanangel
-Venancio, dile a tu noviecita, la Amanda esa...
-Ay, amá, pero no se llama Amanda, se llama Adelaida, ya te lo he repetido mu...
-¡No me importa cómo se llame!
-Pero, mamá, me voy a casar con ella, ya te di...
-¡Cállate, Venancio! Déjame hablar y no me retobes. Dile a la Amanda esa...
-Amá, no se llama...
-Yo le voy a decir como me dé mi chingada gana mientras, no me traiga la carta de presentación que le pedí.
Toda la familia Mendoza estaba reunida alrededor de la mesa, mientras doña Fermina daba instrucciones a Venancio, su hijo más pequeño, el único soltero de la familia.
-Pa'qué le buscas, ya sabes que a esta familia no entra nadie sin una buena carta de presentación- dijo Federico, el hermano mayor.
-Ya ves mi esposa Veroniquita, entró de panzaso con la carta que trajo- agregó el susodicho, mientras abrazaba a su mujer que estaba sentada junto a él.
Los 7 hijos casados de Fermina contrajeron nupcias una vez que ella autorizó la carta de presentación que trajeron las ahora esposas.
Por la casa de la familia Mendoza desfilaron decenas de candidatas que deseaban casarse con los guapos y codiciados varones.
-¡Aquí no hay cabida pa'las chamacas urgidas y alborotadas!- decía Fermina cuando intentaban presentarle a alguien.
-Y si no van a traer una buena carta de presentación, mejor que ni vengan- decía la matriarca de la familia.
Cuando Venancio dio el aviso a su querida Adelaida, esta se acomodó las enaguas y dijo con seguridad:
-A mí no me asustan las condiciones de la vieja exigente esa, pues, ¿qué se cree, que me va a amedrentar con la carta de presentación?
Venancio guardó silencio por un momento y luego agregó:
-Mañana a las 7 de la tarde te va a esperar mi mamá en la casa.
Toc toc
-¡Buena tarde!
Toc toc
-Doña Fermina, buena tarde.
Adelaida había llegado puntual a la cita con una jarrilla en mano; traía unos zapatos negros de tacón mediano, una falda que le cubría las rodillas y el cabello recogido con una peineta de bordes plateados.
-Pásale, Amanda, ya te estaba esperando- dijo Fermina con una mirada penetrante.
Adelaida no tuvo el valor de corregirle su nombre y mejor pasó al comedor tal como se le había indicado.
Fermina era una mujer corpulenta, alta, siempre usaba vestidos floreados de una sola pieza, sujetados con un listón que rodeaba su ancha cintura; los brazos denotaban muchos años de trabajo, y cómo no, había amasado miles de kilos de tortillas para alimentar a sus 8 hijos.
-A ver, muchacha, trae la jarrilla para acá- ordenó Fermina.
-Espero que le gusten- dijo Adelaida nerviosa.
Fermina sacó una cuchara de medida precisa, misma que había sido usada para evaluar a sus otras nueras. Luego la metió a la jarrilla, movió los frijoles, los olfateó y observó detenidamente.
Tomó una porción, los llevó a su boca.
-Adelaida, mijita, ¿cuándo se van a casar?- dijo Fermina mientras se saboreaba y derramaba una lágrima.
Unos buenos frijoles son la mejor carta de presentación que un mexicano o mexicana puede ofrecer. Además, es una carta de presentación inolvidable, que marca nuestra memoria gustativa para siempre.
¿Tienes una buena carta de presentación?
Chef Juan Ángel Vásquez - Licenciado en Periodismo y chef profesional, creador de contenidos gastronómicos para plataformas digitales y embajador de marcas de alimentos.