Columnas

#Sonora

Un millón de cuartos propios

¿Qué significa, hoy, tener un cuarto propio cuando el mundo entero exige que dejemos la puerta entreabierta? Lee la nueva columna de Primavera Fraijo.

Escribir.
Escribir. Archivo.

por Primavera Fraijo

22/10/2025 18:37 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 22/10/2025

Por Primavera Fraijo

El fin de semana hablaba con una amiga sobre algo que parece obvio, pero no lo es: lo distinto que sigue siendo el mundo para nosotras. 

Aunque avance el calendario, aunque cambiemos de siglo y de pantallas, algo en la estructura sigue intacto... La mujer aún tiene que pedir permiso para existir sin culpa. Sí, aunque se ataquen.

De esa conversación salté a un libro que se siente necesario, "Un millón de cuartos propios", de Tamara Tenenbaum. Un título que suena a multiplicación, a resistencia, a eco de la inmortal Virginia Woolf.

Tenenbaum parte de la idea original de Virginia, esa habitación propia donde una mujer podía crear sin depender de nadie, pero la trae a este tiempo frenético, el de los algoritmos y las rentas impagables. 

Se pregunta si todavía basta con tener un cuarto propio cuando el trabajo entra por Zoom, el cuerpo está agotado y la autonomía se mide en deudas.

Mientras Woolf soñaba con una puerta cerrada, Tamara escribe desde un mundo sin cerrojos. Donde la intimidad se confunde con productividad, donde el descanso parece un lujo.

Sin embargo, hay algo vital en su reflexión, el derecho a un espacio donde una mujer pueda ser sin explicarse.

Su escritura no pontifica, conversa. Es honesta, ligera, pero incisiva. Habla del deseo, del cansancio, del cuerpo, de la culpa. De todo lo que habitamos las mujeres mientras intentamos sostener una vida.

Y ahí, entre sus páginas, una verdad: ¡no basta un solo cuarto! Las mujeres de hoy necesitamos millones. Cuartos prestados, cuartos virtuales, cuartos diminutos o imaginarios. Lugares que no siempre tienen paredes, pero sí voluntad.

La escritora no ofrece respuestas; deja preguntas abiertas y heridas, necesarias. ¿Qué significa, hoy, tener un cuarto propio cuando el mundo entero exige que dejemos la puerta entreabierta?

Quizá la independencia no sea un lujo, sino una forma de supervivencia. Y cada mujer, con su historia, su cansancio y su deseo, sigue levantando muros invisibles para sostener el suyo.

Un millón de cuartos. Un millón de intentos por habitar el mundo sin pedir disculpas.

 

A mí me encuentras en redes sociales como: @PrimaveraFraijo