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El talegón

Deléitate con la nueva columna del Chef Juan Ángel.
Café Archivo

Por @chefjuanangel

-¡Pon el agua, Petra! Ya es muy tarde.

"¡Quiquiriquí!"

Eran apenas las 5 de la mañana, aún no cantaba el primer gallo y la mujer, de pequeña estatura, barría de prisa frente a su casa, mientras cantaba desentonadamente.

-Ay, qué laureles tan verdes, qué rosas tan encendidas... 

Aunque Petra no tenía una pizca de talento para el canto, arrancaba sonrisas de los vaqueros que pasaban frente a su casa, bien abrigados, rumbo a las milpas, montados en burros, yeguas y caballos. 

-¿Ya pusiste el agua, Petra?

El papá de Petra era un viejo cascarrabias que dictaba órdenes desde su poltrona. 

-Ya voy, apá.

La mujer tenía el don de hacer un sabroso e inigualable café. Lo más importante era que todo el proceso, desde el llenado de la tetera, debía ser hecho por ella misma. 

Enjuagó la talega del café, una especie de filtro cónico alargado, hecho de tela, donde se agrega café tostado con azúcar y, posteriormente, agua caliente para extraer todo el sabor ahumado de la leña con que se tostó. 

-Buen día, señora, me da mucha pena pero...

Un viajero medio perdido se acercó a Petra mientras regresaba a terminar de barrer con una taza de café recién colado en mano.

-Dígame, joven, buen día.

Con la vista perdida en la taza de café, el hombre contestó. 

-¿Me vende una tacita de café?

Petra sonrió y entró a su casa.

-Ya sabes, mijita, dale del otro- dijo su padre con mirada incisiva. Petra tomó una charola redonda de aluminio con el logo de Carta Blanca en el centro, dispuso dentro de ella una azucarera, una taza, cuchara y un frasco de tapadera roja; y con la otra mano tomó la calentadera llena de agua hirviendo. 

-Aquí tiene, joven, no se preocupe, no tiene que pagar nada.

Petra vació agua hirviendo sobre la taza, el joven estaba perplejo, pues esperaba el famoso café de talega típico de la sierra sonorense. 

-¿Pero no es café de talega?- dijo apenado y desilusionado el hombre pelirrojo. 

-No, oiga, mire, este café Dolca instantáneo es muy bueno, échele dos cucharaditas al agua hirviendo. El de talega es muy difícil de hacer, ahora preferimos el talegón Dolca, café flojo pero sabroso.

 

En 1938, Nescafé desarrolló un café instantáneo más refinado, el mismo que hoy consumimos, cuando este apareció en la capital del mundo, creó divisiones en los rangos de quienes visitaban una casa. Solo a los más allegados y conocidos se les ofrecía café de talega, a los demás, un café instantáneo, para que la visita fuera igual: instantánea.

 

 

Chef Juan Angel Vásquez - Licenciado en Periodismo y chef profesional, creador de contenidos gastronómicos para plataformas digitales y embajador de marcas de alimentos.

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