Lo que sueña mi silencio
Por Primavera Fraijo
Ahí les va un dato general: todos soñamos cada noche, nos acordemos o no. Siempre que no hayamos tomado medicamentos especiales, claro.
Resulta que yo formo parte de esa excepción. Entre mis pastillas nocturnas hay una que apaga mi actividad cerebral y, por ende, me deja sin sueños. Eso... hasta hace unas semanas.
Sí, pese a mis píldoras, he estado soñando. Y no con cualquier cosa. Son raros, insistentes. Pesadillas, podría decirse.
Incluso sin medicación, nunca fui de recordar lo que pasa en mi cabeza mientras duermo. Así que esto es nuevo e incómodo.
Hace unos días, al despertar agitada una vez más, pensé: "mamá ya habría buscado el significado". Amaba esas cosas. Sentir que podía predecir el futuro.
Quise honrar su memoria y consulté el libro "Descubre el significado de tus sueños", de Léa Schalk. No me fui con cualquier charlatanería. Elegí bien.
Me gustó que entre las primeras páginas se encuentran unas afirmaciones y adviertan que, si te identificas con ellas, consultes a un médico. Una entrada sensata para un tema que suele perderse en lo esotérico.
Dicen que los sueños son el espejo del alma, pero también pueden ser un caos de símbolos imposibles de descifrar. Este libro se atreve a ordenar ese enredo.
No lo hace desde el misticismo barato ni con promesas de revelaciones mágicas, sino desde una mirada práctica y emocional que busca conectar lo que soñamos con lo que vivimos.
Es una especie de mapa onírico, dividido por temas: los recurrentes, las pesadillas, los símbolos universales (el agua, los dientes, las caídas) y la forma en que el inconsciente nos habla a través de ellos.
No impone significados cerrados; al contrario, invita a construir un lenguaje propio. Porque soñar con volar no siempre significa libertad... a veces es solo deseo de escapar.
Su lectura es ligera, pero no superficial. Se apoya en ejemplos, pequeñas anécdotas y ejercicios que ayudan a interpretar con más conciencia.
Ideal para quienes sienten curiosidad por entenderse un poco más, desde ese territorio donde nada es literal y todo tiene una grieta por donde asoma la verdad.
En pocas palabras, nos recuerda que los sueños no predicen el futuro, pero sí revelan lo que intentamos ocultar cuando estamos despiertos.
Y, a veces, justo ahí, en lo que calla el insomnio, encontramos la parte más honesta de nosotros mismos.
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