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La jornada laboral que viene

Se acerca el debate y discusión de la iniciativa de reforma para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas.
Reduccion de la Jornada Laboral Archivo

Por Germán Lohr Granich

Se acerca el debate y discusión de la iniciativa de reforma para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas en el H Congreso de la Unión. Es una iniciativa propuesta por la presidente de la República a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.

De entrada, algo positivo es que se está hablando de cierta gradualidad en su instrumentación a fin de alcanzar una transición ordenada y exitosa al nuevo mundo laboral de cinco días por dos de descanso, sin establecer que necesariamente corresponda a sábado y domingo.

El horizonte de tiempo para su aterrizaje abarca el periodo de 2026 a 2030, dos horas cada año hasta llegar a 40 horas, ya que, de acuerdo a especialistas, una de sus ventajas en un futuro cercano serán los aumentos de la productividad debido a que hemos bajado algunos escalones desde 2018 a la fecha.

Ni duda cabe que es un compromiso laboral tripartita: Gobierno, empresas y trabajadores, a fin de generar mejores ambientes laborales.

Pero bueno, no todo es miel sobre hojuelas, ya que para muchas empresas como la maquila y la manufactura que emplean mucha gente, tendrán que medir muy bien los impactos en cuanto a ajustes en su plantilla, nuevas contrataciones, impuesto a la nómina, contribuciones sociales, etc.

Destaco además que todo esto tiene que ver además con la cultura organizacional, las nuevas curvas de aprendizaje, las horas extras y tiempo extraordinario entre otros.

Nada de esto está demás, ya que alrededor del 73% de los asalariados en el país laboran más de 40 horas, esto es 30 millones, siendo el nuestro el primer lugar de la OCDE con más horas trabajadas.

Estamos hablando de 2193 horas al año, más del 20% de la media global y vamos por cierto rezagados en este tema con otros países similares como Brasil, Chile y Colombia entre varios más.

Ahora bien, el gran promotor, el gobierno federal, tiene también su parte en esta discusión, ya que se requiere de ajustes en políticas públicas en apoyo a esta iniciativa como puede ser la deducibilidad fiscal, la protección al salario, la capacitación laboral y la inclusión de los trabajadores del Estado.

Se busca también que continúe la recuperación del salario mínimo que en términos reales ha crecido 125% y que en 2026 sea mayor a la inflación, cosa que no está nada fácil para los micro y pequeños negocios en México.

Lo digo ya que el horno no está para bollos ni la novia para tafetanes y deben tomarse muy en cuenta los contextos actuales de incertidumbre y bajo crecimiento económico y los cambios tecnológicos IA, que siguen moviendo las formas como trabajamos en todo el mundo.

No es lo mismo hablar del periodo de la revolución industrial al siglo XX, donde se generaron muchos empleos, a hoy en la tercera década del XXI, donde la robótica viene destruyendo empleos aceleradamente.

En el 2010 en el mundo había un millón y medio de robots industriales, para el 2020 son tres millones y siguen pariendo, diría la abuela.

Concluyo todo esto: ni dudarlo música para los oídos de la 4T, quienes deben de actualizarse en este mundo laboral y económico tan cambiante.

HE DIXI.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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