
19/05/2025 13:03 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 19/05/2025
Por Germán Lohr Granich
Hacerse de una vivienda media en México o en Estados Unidos no es nada fácil en la época actual, como quiera que me la pongan, dirían nuestras abuelas.
De acuerdo a la Sociedad Hipotecaria Federal-SHF- en su más reciente reporte al primer trimestre del 2025, el precio de la vivienda creció 8.2%, tasa más del doble que la inflación general que en el mes de abril fue del 3.93% anual.
Nueva o usada hay que gastar al menos entre 1.5 y 2 millones de pesos, dependiendo obviamente de la zona del país de que se trate, ya que entidades como Nuevo León, Guanajuato, Jalisco, Puebla por mencionar algunas, su costo fluctúa entre el 9 y 11% en promedio.
A querer y no, el precio de una vivienda, sobre todo su apreciación, sigue siendo uno de los bienes con más incrementos en un entorno como el actual, de bajo crecimiento económico, poca oferta de vivienda y escasa generación de empleo bien remunerado.
Otra de las razones aparte de la anterior son el alza de los insumos, impuestos y servicios públicos, no se diga los créditos hipotecarios cuyas tasas fluctúan entre el 10 y 12%.
El índice que maneja la SHF, de la vivienda nueva presenta al primer trimestre del año incrementos del 8% y el de la usada del 8.3% vendiéndose más esta última en promedio casi de 3 a 1.
A no dudar que las tasas hipotecarias sumadas a la escasez de vivienda no generan un buen clima para potenciales compradores y lo mismo sucede allende la frontera con nuestros vecinos del norte.
Una hipoteca en Estados Unidos sea a 15 o 30 años sigue siendo alta al oscilar en promedio entre el 6 y 7 %, no se diga los bajos inventarios que provocan alzas en los precios, el cuento pues de nunca acabar.
Luego entonces tanto en vivienda nueva, usada o de alquiler, su precio crece más que los salarios afectando en su gran mayoría a los ingresos bajos y medios acá y allá.
Mientras sigan altos los intereses y los impuestos a la propiedad incluidos los servicios públicos no habrá sueldo que alcance, ya que se gasta más del 30% del ingreso en su adquisición.
Tan solo en marzo pasado las ventas de vivienda en EU cayeron alrededor el 6%, una disminución no vista desde noviembre del 2022, razón por la cual la movilidad residencial anda en sus mínimos históricos.
Pero bueno, en México nuestras expectativas económicas de crecimiento seguirán siendo mediocres este y el año que viene por lo menos, y habrá que apostarle a que bajen la inflación, las tasas de interés que ciertamente van bajando esperando que las hipotecarias también hagan lo mismo.
Hagamos votos para que tanto constructores como desarrolladores hagan lo que les toca entre otras cosas hacer uso de la innovación e inteligencia artificial para encontrar la manera de mejorar costos operativos y administrativos e insumos con materiales y procesos más eficientes que hagan asequible la vivienda.
Lo mismo tendrán que hacer los tres órdenes de gobierno bajándole a la tramitología y el costo de los permisos no se diga invertir en la infraestructura necesaria que apoye la generación de vivienda nueva y en renta.
Tener opciones de vivienda digna, de rápido acceso, bien ubicada, cercana a todos los servicios y adaptable a las necesidades de espacio, seguridad y recreación bien vale la pena.
Mucho camino por recorrer y muchos obstáculos que vencer en un año que el PIB de la construcción se estima caiga alrededor del 6%, lo cual implica que se cuide como oro en paño este sector viviendero.
HE DIXI.